AUMENTA  LA CONCIENCIA SOBRE TU SALUD

Vivimos bajo el paradigma del cuerpo es débil e indefenso frente a los agentes externos, sin embargo nuestro  cuerpo tiene un resistente poder  de auto-curación y auto-desarrollo. Podemos elegir obviar este potencial  y mantener una actitud pasiva,  de miedo, indefensión, o dependencia; o podemos tener una actitud activa que nos permita cuidarnos para prevenir  la enfermedad y la degeneración, y poder estar bien para llevar una vida plena y activa. La salud es algo más que la unión de:  gérmenes, genes y loteria.  Realmente tenemos una gran capacidad de adaptación.

Poniendo nuestro granito de arena:

La salud la vamos construyendo diariamente con nuestros hábitos, y si somos conscientes de nuestros puntos débiles, podemos reforzarlos con la alimentación y el ejercicio adecuados; junto con la terapia o cuidados que mejor se adapten a nosotros y nuestra situación.

Manteniendo la conciencia presente podemos ver qué decisiones tomamos en referencia a nuestra salud, y  desde que  estado emocional  la tomamos. No es lo mismo tomar decisiones desde el miedo que desde la confianza. Podemos ser conscientes de si solo actuamos cuando tenemos síntomas, y después,  si el síntoma-dolor desaparece, dejamos los cuidados hasta la próxima ocasión; o si vamos más allá y buscamos y trabajamos con la causa, más allá del síntoma.

Prevenir a tiempo las causas:

Generalmente, cuando el sistema corporal tiene algún fallo suele aparecer una disfunción en alguna parte del cuerpo, que deja de funcionar correctamente. Si no se pone remedio, con el tiempo, esa disfunción va a generar alguna enfermedad. En este proceso puede haber dolor o no, muchos procesos corporales no generan dolor, pero si notamos que no funcionamos al 100% en alguna área (si padecemos por ejemplo de  mayor cansancio, digestiones pesadas, u otras) es conveniente revisar qué está fallando.  

La enfermedad aparece al final del proceso, tiempo antes habremos convivido con la disfunción

Por tanto, lo mejor es detectar la alteración cuanto antes, verificar la causa y ponerse  manos a la obra, para evitar la aparición de una enfermedad o acabar inmersos en un deterioro de salud crónico.

Mediante los ajustes quiroprácticos ayudamos al sistema nervioso a eliminar las interferencias  o subluxaciones,  para restablecer las diversas conexiones entre el cerebro y el resto del organismo.

Tenemos gran capacidad de regeneración:

Nuestro cuerpo bien ajustado puede funcionar mejor y recuperar su capacidad de regeneración. Todos sin excepción estamos expuestos a la sobrecarga del sistema nervioso o estrés neurológico. Nuestro organismo activa su propio mecanismo para  protegernos de lesiones mayores cuando algo deja de funcionar bien,  pero hay que corregirlo  a tiempo, porque el estrés sostenido deteriora nuestras funciones considerablemente.

El ajuste quiropráctico actúa con mucha  precisión,  y empieza a ejercer  efecto durante las 24-48 horas siguientes, durante este período el cuerpo se reequilibra.   Puede haber altibajos durante el proceso y es totalmente normal, es un proceso adaptativo habitual en el cuerpo. Ante cualquier duda, consulta con tu quiropráctico.

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