¿Tienes antojo de dulces y caramelos o necesitas una coca-cola o un café con azúcar para pasar el día? ¿Te sientes cansado después de comer o sientes constantemente que necesitas comer más dulces para tener más energía? ¿Tú, tus hijos o tu pareja os ponéis de mal humor cuando tenéis hambre? ¿Tienes neblina cerebral con frecuencia?
Si ha respondido que sí a alguna de estas preguntas, es posible que deba analizar en profundidad tu relación con el azúcar.
Muchos de nosotros somos más adictos al azúcar de lo que creemos. El azúcar se esconde en muchos alimentos y se camufla de muchas maneras con diferentes nombres. Los estudios han demostrado que el azúcar excita los mismos centros del cerebro que la cocaína y puede ser igual de adictivo.
El azúcar es una parte necesaria de nuestra dieta y es necesario para que nuestro cuerpo funcione. Pero como en todo, tiene que haber un equilibrio. Un exceso de azúcar puede tener efectos graves en nuestra salud y causar enfermedades a largo plazo, como problemas hepáticos, pancreáticos, digestivos e inmunitarios, degeneración de los dientes y los huesos, desequilibrios hormonales y un problema cada vez mayor como la diabetes de tipo II.
Cómo actúan los azúcares en el cuerpo
El páncreas es el órgano asociado a los niveles de azúcar. Se encarga de regular la insulina del cuerpo y de ayudar a producir enzimas para una correcta digestión. El páncreas produce enzimas que ayudan al cuerpo a descomponer las grasas, los hidratos de carbono y las proteínas, y trabaja conjuntamente con el hígado y otros órganos digestivos. La raíz del nervio que conecta el páncreas con el sistema nervioso sale del sexto dorsal (D6) Su otro trabajo es regular los niveles de azúcar en la sangre con la insulina y el glucagón, es decir, los niveles de glucosa en la sangre.
Cuando realizamos una actividad física elevada o en momentos de estrés, nuestro cuerpo necesita que se libere un mayor nivel de azúcar (energía) para poder rendir correctamente. Sin embargo, cuando no estamos en esos estados, nuestro cuerpo necesita mucha menos energía. El equilibrio constante de las reacciones químicas que cambian constantemente en nuestro cuerpo es lo que controla esto. Las señales para aumentar o disminuir los niveles de glucosa se producen constantemente a través de la comunicación de nuestro sistema nervioso. Mientras nuestro sistema nervioso hace todo esto, depende en gran medida de las diferentes fuentes de energía que introducimos en nuestro cuerpo: nuestros alimentos.
Los alimentos que tienen un alto índice glucémico (IG) o que no son nutritivos, pueden hacer que esta señalización se descontrole.
Si comemos cosas con muchos azúcares o carbohidratos simples estamos provocando muchos altibajos en nuestros niveles de azúcar en sangre y esto provoca fluctuaciones en nuestro estado de ánimo.
En un momento tenemos mucha energía y al siguiente necesitamos la cama. Estos cambios excesivos provocan estrés en nuestro cuerpo liberando las hormonas del estrés que confunden los ritmos naturales. Mientras que el azúcar libera dopamina en el cerebro haciéndonos sentir bien, con energía, también se quema muy rápidamente bajando nuestro nivel de dopamina y dejándonos cansados, tristes y sin energía. Al igual que cualquier adicción, para mantener el mismo nivel de energía necesitamos aún más azúcar.
Algunos efectos de los niveles de azúcar desequilibrados
- Fatiga
- Aumento de peso o peso difícil de perder
- Cambios de humor
- Problemas digestivos
- Inquietud
- Diarrea y pérdida de peso no deseada
- Problemas de sueño
- Dolor abdominal
Alimentos y bebidas comunes que aumentan el índice glucémico
- Azúcares refinados
- Caramelos, galletas, dulces
- Yogures azucarados, productos lácteos endulzados
- Patatas, patatas fritas y papas fritas
- Refrescos azucarados (Coca-Cola, Fanta, Sprite, etc.)
- Edulcorantes
- Panes, pastas, cereales
- Alcohol en grandes cantidades
- Arroz blanco
- Ciertas frutas con altos niveles de fructosa
¿Cómo mantener los niveles de azúcar?
No se preocupe, puede y debe consumir algo de azúcar en su dieta. El cuerpo puede funcionar sin azúcar, ya que alimenta nuestras células y nos permite mantener nuestra energía a lo largo del día. Entonces, ¿qué puedes hacer para asegurarte de que tu cuerpo funciona con los niveles adecuados de glucosa y con un páncreas sano?
- Bebe mucha agua. Algunos estudios demuestran que cuando se nos antoja algo dulce, en realidad es porque estamos deshidratados, así que ¡bebe primero agua antes de buscar los dulces!
- Sigue una dieta sana y equilibrada. Soy fan de la regla del 80/20. Cuídate mucho y vigila tu dieta la mayor parte del tiempo, pero permítete también algunos de los placeres de la vida los fines de semana o en ocasiones especiales.
- Haz ejercicio físico con regularidad. El cuerpo guarda el exceso de azúcar y grasas que no necesita para reservarlo más adelante. Muévete para utilizar el exceso de almacenamiento que ayudará a nivelar la glucosa y la insulina en tu cuerpo.
- Vigila tus niveles de estrés. El estrés puede provocar un pico de insulina porque el cuerpo está siempre en modo de alerta y esto puede alterar los niveles de glucosa e insulina en el cuerpo a niveles poco saludables. El estrés a largo plazo puede provocar enfermedades inflamatorias y diabetes, entre otros muchos problemas.
- Elige meriendas entre las comidas que sean de larga duración, carbohidratos de combustión lenta o carbohidratos complejos. Como por ejemplo: frutos secos mezclados con fruta deshidratada, verduras, frutas ricas en fibra, legumbres.
- Realice ajustes quiroprácticos con regularidad. Si la señalización química entre el cerebro y el cuerpo/órganos (específicamente el páncreas) es lo que mantiene todo en equilibrio, mantén los canales de comunicación libres de interferencias para un funcionamiento óptimo.
La vida es dulce y necesitamos nuestros azúcares, pero asegúrate de que tus antojos de azúcar no son la norma. Cuando busques algo dulce, consulta primero a tu cuerpo y después también. Tu cuerpo te está hablando todo el tiempo. Comprueba si notas cómo te afecta el azúcar y ser más consciente de lo que tu cuerpo está intentando comunicar.