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Un día un buen amigo me preguntó «¿si no te duele nada porque vas al quiropráctico?»La verdad es que estamos acostumbrados a pensar que si no nos duele nada, estamos bien.
¿Por qué no cuidarnos para estar mejor aún?
Por ejemplo, para tener un sistema inmunitario más fuerte, y que si enfermamos reaccione más rápido y mejor. O sencillamente vivir el día a día más conectada conmigo misma, disfrutando de más vitalidad, energía, menos ansiedad, ayudando a llevar mejor los años que pasan por mi cuerpo…
En resumen, vivir mejor porque nuestro cuerpo funciona lo mejor posible.
Dentro de nuestra espalda esta uno de los sistemas más sofisticados del cuerpo: el sistema nervioso, cuya función es mantener al cuerpo vivo.
El sistema nervioso trabaja silenciosamente: el 90% es motor, trabaja para que todo vaya bien en el cuerpo, su función no es transmitir una sensación de dolor o placer.
Sólo el 10% de nuestros nervios va a transmitir dolor si hay algún problema.
La ausencia de dolor no es sinónimo de salud.

Nuestro estilo de vida puede afectar a la efectividad de este sistema que coordina millones de células.
Algunos de los ejemplos que pueden subluxar o afectar al sistema nervioso, son los problemas derivados de la columna o estructura del cuerpo por pasar varias horas sentados o con malas posturas, el estrés, los tóxicos que introducimos en nuestro cuerpo…Incluso durante el nacimiento se pueden subluxar los nervios.
La quiropráctica ayuda a que todos estos factores afecten menos a su salud, por eso puede conseguir que todo tipo de personas puedan vivir mejor.
En ocasiones creemos que la salud no depende de nosotros y esperamos que la solución venga de fuera con por ejemplo una pastilla.
Vivir mejor requiere que aceptemos el papel de protagonistas de nuestra salud y nuestra vida, porque dependen en gran medida de lo que NOSOTROS hacemos por ellas.
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