Qué es y cómo combatir el estrés electromagnético

Cada vez es más habitual ver a la gente utilizando todo tipo de dispositivos inteligentes (Smart divices), desde teléfonos hasta relojes, auriculares y ropa. A medida que la tecnología avanza, no hay límite para las nuevas posibilidades de tener equipos electrónicos vestibles. Sin embargo, ¿toda la accesibilidad es buena para nuestra salud?

Somos seres electromagnéticos y nuestro cuerpo no sólo emite frecuencias electromagnéticas, sino que también está muy influenciado por las ondas de radio/frecuencias electromagnéticas de forma constante.

Nuestro sistema nervioso, la comunicación entre el cerebro y el cuerpo, es un bucle constante de frecuencias electromagnéticas. El sistema nervioso funciona con miles de millones de micro impulsos nerviosos cada segundo. Todas las células del cuerpo humano se comunican a un ritmo que parece estar más allá de nuestra comprensión y nunca descansan desde el momento en que somos creados hasta el momento que morimos.

Como toda buena «tecnología», la de nuestro cuerpo puede «interrumpirse» y la señal correcta puede disminuir, aumentar o perderse por completo. Esta interrupción de las señales puede influir en una zona localizada y/o en todo el cuerpo porque, al fin y al cabo, todo en nuestro cuerpo está interconectado.

En los años 70, cuando se popularizaron los microondas, todo el mundo quería uno por la comodidad de tener comida caliente más rápido que nunca. Desde las radios, pasando por los walkie talkies, los teléfonos móviles a pilas, la conexión a Internet por línea telefónica y la WIFI, cada generación se encuentra con nuevos avances tecnológicos. Aunque estos avances crean nuevos niveles de comodidad, también están creando nuevos problemas de salud en nuestros sistemas.

¿Qué es el estrés electromagnético?

Imagina que creamos dos fuentes de ondas. Funcionando independientemente están bien, pero cuando se mezclan cambia la frecuencia y la forma de cada onda. Lo mismo ocurre en nuestro cuerpo cuando nos sometemos constantemente a las radiaciones electromagnéticas. Al igual que ahora nos advierten de que no debemos calentar la comida en el microondas y, sobre todo, de que no nos acerquemos a él cuando lo usemos, lo mismo está ocurriendo con nuestros dispositivos inteligentes.

Los teléfonos y dispositivos con wifi están constantemente conectados y admitiendo frecuencias. Ahora nos los ponemos en el cuerpo en algunos casos las 24 horas del día. Esto significa que la radiación electromagnética está constantemente interfiriendo con los impulsos de tu propio sistema nervioso. Al igual que cuando intentas escuchar 2 canciones a la vez, ninguna de ellas se escucha correctamente. Lo mismo está ocurriendo en su sistema y con el tiempo esto creará subluxaciones y disminuirá la salud en general.

Aunque el avance de la tecnología proporciona mucha información nueva, comodidades y facilita la vida, también puede hacernos más cansados, irritables y, en general, menos saludables. Pide a tu quiropráctico que compruebe si tienes un desequilibrio electromagnético.