«La quiropráctica favorece el equilibrio y bienestar permanentes»

 

El  sistema nervioso juega un papel VITAL en nuestra salud: el cerebro es el órgano que dirige todas las funciones del organismo, comunica mediante el sistema nervioso con todas las células y tejidos a lo largo de la médula espinal. Mantener el sistema nervioso en buen estado es primordial, porque el estrés físico,  emocional o químico puede causar bloqueos o interferencias en esta comunicación. Las interferencias pueden generar bien disfunciones en algún órgano; afectar sensorialmente un nervio,  y generar sensaciones de adormecimiento o dolor;  o bien causar debilidad muscular, propensión a lesiones, inflamación, etc. Por lo tanto, para facilitar la mejoría en el cuerpo, el primer paso es recuperar la completa función del sistema nervioso.

 

¿Cómo afecta el estrés?

 

El estrés con el que carga nuestro organismo tiene una fuerte  influencia en nuestro estado de salud y, sin ninguna duda, deja huella en nosotros.   Aunque pensemos que se trata de un estrés temporal y que podremos sobrellevarlo, nuestro cuerpo se sobrecarga internamente,  y si el estrés se mantiene, se reducirán las funciones regulares del organismo. Cuando vivimos con estrés crónico es muy importante rebajar el nivel de estrés y fomentar nuestra capacidad de resistencia frente a él. Esto es lo que se consigue mediante los ajustes quiroprácticos. Una vez se detectan las subluxaciones causadas por la falta de resistencia al estrés, se procura minimizar esta carga y restablecer las funciones del sistema nervioso.

Nuestro cuerpo, nuestro mejor aliado

Es necesario confiar en nuestro cuerpo y conectar en los niveles físico, mental y emocional  para ser conscientes de nuestras propias necesidades. Hay un tiempo para cada cosa, tiempo para esforzarse, para descansar, para nutrirse, para ejercitarse, para desconectar…el cuerpo siempre nos va a ir guiando si lo acompañamos. Las señales y los síntomas son mensajeros que nos indican cambios que hacer en el camino. Seamos amables con nuestro cuerpo cuando nos avisa, él siempre va a nuestro favor.

Todos disponemos desde que nacemos un sistema innato para mantenernos sanos, y recuperarnos si hemos enfermado.

El funcionamiento adecuado del sistema nervioso mejora la capacidad de curación y  regeneración, nos fortalece para que nos podamos adaptar de forma más eficaz a  nuestro entorno.  El quiropráctico gracias a su formación  y desarrollada sensibilidad nos ayuda,  siguiendo esta manera innata de funcionar. El ajuste quiropráctico siempre se va a adaptar a cada persona, ya que nuestros componentes básicos son los mismos, pero a la vez, todos somos diferentes y tenemos necesidades diferentes.

La quiropráctica funciona más allá de revertir altibajos puntuales de salud, la quiropráctica ofrece un equilibrio y bienestar permanentes. Cuando tenemos subluxaciones, nuestro cuerpo no va a poder funcionar de forma adecuada y además, va a estar menos preparado ante las exigencias de la vida (virus, lesiones, traumas, tensión emocional, estrés…), y esto puede ocurrir aunque no se presenten síntomas o dolor.  Lo mejor para nuestra salud es que el patrón de nuestro sistema nervioso cambie a un formato óptimo; y es el quiropráctico quien introduce los cambios necesarios en el sistema nervioso,  para que este pueda adaptarse perfectamente a todos los desafíos a lo largo de nuestra vida.

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