El ajuste reduce el estrés, limpia, oxigena y nutre los órganos digestivos, permite la eliminación de desechos, y en definitiva, ejercer una función digestiva normalizada. Podemos notar mejoras en: digestiones más eficientes, recuperación del tránsito intestinal correcto, absorción de nutrientes, etc. De esta manera mejora nuestra calidad de vida ya que si el sistema digestivo está bien, mejora nuestro sistema inmune, mantenemos a raya nuestro peso, nos desintoxicamos, y nos libramos de emociones negativas acumuladas.
El estrés, la ansiedad, el miedo u otras emociones negativas, alteran la microflora intestinal y los procesos enzimáticos que tienen lugar en el estómago. Si el problema persiste, esta alteración puede desarrollar una lesión crónica.
¡Cuida tus emociones, tu sistema digestivo te lo agradecerá!
- La patología es un efecto que el cuerpo manifiesta, pero lo importante es buscar la causa bajo la disfunción. Esto es lo que hace la Quiropráctica.
- Los trastornos digestivos tienen un componente común: un sistema nervioso mal sincronizado. El quiropráctico trabaja desde el sistema nervioso central para reequilibrar una deficiente sincronización y normalizar sus funciones, no únicamente solucionando una dolencia, sino estimulando el mecanismo de recuperación de todas las funciones del organismo.
- La medicación va dirigida a aliviar el dolor y las molestias pero no puede a solucionar la causa del problema. Por lo tanto el desequilibrio permanece y los síntomas volverán a aparecer.
- Con los ajustes quiroprácticos reequilibramos el organismo para que las funciones digestivas estén al 100%, actuando preventivamente, evitando la degeneración. Y muy importante: reforzando el sistema inmune y eliminando el círculo vicioso de estrés.
- La enfermedad se corresponde con una disfunción. La salud en cambio, es función plena. Con la quiropráctica se consigue una mejoría porque el cuerpo recupera su FUNCIÓN correcta.
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