Nuestra energía y vitalidad no dependen solo del cuerpo sino también de la mente, que a veces es la encargada de someter al cuerpo a un constante borboteo de obligaciones “debo”, “tengo” , “no puedo permitirme…” lo que acaba causando agotamiento, desánimo , y a la larga enfermedad.
Si notamos que nos falta energía y vitalidad puede ser un aviso de que nuestra mente y nuestro cuerpo no están colaborando como deberían.